Gratísima sorpresa la que nos llega desde Atlanta. Desde el corazón de dos veteranas bandas de la escena local, el punk gamberro y desenfadado de Stephanie Luke y sus The Coathangers se combina con el rock electrónico de Dan Dixon y PLS PLS para facturar un álbum de debut totalmente adictivo. Junto al batería Chandler Rentz (Snowden), el teclista André Griffin (PLS PLS) y Danny Silvestri (Trances Arc) al bajo, habituales del underground de la ciudad, logran crear una amalgama de sonidos que podría resultar catastrófica pero que fluye con naturalidad y sobre todo, con enormes canciones. Resulta imposible destacar un punto flojo en el debut de los de Georgia. Rock alternativo musculoso, que no musculado, que entronca con aquellas bandas que reinaron en los albores del milenio (The Strokes. Franz Ferdinand, Kaiser Chiefs) con un punto de agresividad y mala leche extra como se puede comprobar en himnos del calibre de "All I Ever Wanted" o en la rotunda "You Don´t Know Me". La cadencia sardónica de "Love Suicide", recordando mucho a Band Of Skulls, y ese tremendo single que es "Sinking" nos ganan para la causa a las primeras de cambio. La sombra de los sinvergüenzas de Detroit, Electric Six, aparece cuando las voces de Stephanie y Dan se entrelazan entre sutiles sintetizadores, como en "Sapphire" o “Ride”. Y la leyenda llamada Gregg Dulli también asoma su cabezón en "Sunday Girl", con ese piano tan característico de la época Twilight Singers. Los ecos de aquel inmenso y puntual dueto formado por Thom Yorke y PJ Harvey en “This Mess We´re In” resuenan en el reconfortante y cálido final que supone "Lay Your Hands On Me", dejando un regusto en nuestro paladar académico que tiene pinta de perdurar, como mínimo, a lo largo de este 2021.
Borja VERA FERNANDEZ
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