viernes, 7 de mayo de 2021

Amends - Costumbrismo yankee desde las antípodas



Escuchando el fantástico segundo álbum de estos cinco jovenzuelos podemos visualizar perfectamente uno de esos pueblos abandonados a su suerte por el capitalismo más feroz y en los que la única vía de escape son los deportes, la música o los estupefacientes. Y como desde un sótano o el garaje destartalado han logrado labrarse un sonido y una actitud particulares que les ha dado la oportunidad de salir del inmundo agujero y la desidia "redneck" que los rodeaba. Los raritos del High School ahora reciben palmadas en la espalda y reconocimiento. El ansiado sueño americano. Sólo hay un problema. Que todas esas imágenes que abarrotan nuestra psique escuchando sus adictivas canciones se desmoronan cual castillo de naipes al googlear su procedencia. No aparece una Flippin en Arkansas ni una Sylacauga en Alabama. Todas nuestras ensoñaciones fruto de engullir cultura yankee a destajo quedan hechas añicos al saber que los chavales son más urbanitas que Don Draper. Y es que ni siquiera hemos acertado el continente. Resulta que Amends son tan australianos como Cocodrilo Dundee. De Sidney, más concretamente.


Y tras esta diatriba insustancial. toca desgranar Tales of Love, Loss and Outlaws. No sin antes detenernos en su curiosa evolución. Y es que en su primer EP, Here, There and Somewhere Else facturaban un más que sorprendente Emocore. Sin duda, todo un cambio de rumbo cristalizado en su primer largo So Far From Home, en el que ya despliegan ese rock americano enérgico con melodías pop que han conseguido perfeccionar en su nueva y flamante obra. Desde la inicial y contundente "Fighting a Losing Battle" dejan claras las coordenadas que definen el viaje. Sonido crudo a lo Slobberbone o los primeros Lucero regadas con una sensibilidad heredada del Brit Pop más aguerrido. Ecos de unos Gaslight Anthem pero más polvorientos y farragosos. Parámetros que asientan en la fabulosa "Walking Backwards" con la colaboración de toda una Laura Jane Grace. Nada mal ser amadrinados por la luchadora de Against Me!. O qué decir de un single tan redondo como "This One, For Example, Is About Grief".


Nada que no hayamos escuchado antes, pero que atrapa con esa cadencia melódica y no te suelta. La misma sensación que nos acompaña a lo largo de todo el minutaje. El abrasivo cow punk de "The Only Medicine Is Drunk" aumenta la adrenalina a mitad de trayecto. Aunque tampoco faltan momentos más reposados como ese himno de cuchitril sureño que es "White Bear Lake", a la que imprimen su sello con un bonito estribillo y el acelerado segundo tramo. Para a continuación tocarnos la fibra con el colorido dramatismo de "Everything Is Gone", bañada con una agridulce luminosidad y ese "I never wanted this for you..." final. Pelos como escarpias. Y es que no hay segundo de relleno en estos cuentos de amor, perdición y forajidos. "What Else Would I Do with Myself" es un medio tiempo perfecto, con la slide planeando sobre unas melodías arrebatadoras. Por si fuera poco, Sarah Balliet de Murder By Death mete su chelo en la oscuridad folkie de "I Gave My Heart a Long Time Ago", que enlaza cual dupla apocalíptica con el ritmo infernal de "Willingly Returns to Darkness". Un perfecto colofón para la que ya es una de las sorpresas más agradables de este 2021.

Borja VERA FERNÁNDEZ


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