Cuatro años después de su anterior trabajo, el premiado y aclamado Visions Of a Life, la banda británica Wolf Alice, liderada por la magnífica cantante y compositora Ellie Rowsell, nos regalaba el pasado 4 de junio Blue Weekend (Dirty Hit), el que puede que sea -con vuestro permiso- su mejor álbum hasta la fecha. Producido por Markus Dravs (Arcade Fire, Florence & the Machine), el tercer disco del cuarteto nos deleita con la misma variedad de estilos y emociones que venían ofreciendo en sus anteriores trabajos, sin dejar a nadie indiferente, abarcando a fans de todos los géneros pero sin encasillarse en ninguno de ellos (pop, shoegaze, rock, punk…).
Once temas componen el viaje que propone el cuarteto de Londres, comenzando de menos a más con “The Beach” y continuando con ese extraordinario retrato del precio de la fama y de las concesiones hechas con tal de conseguirla, ambientándose en un marco concreto como es el de Hollywood, “Delicious Things” nos destripa, en primera persona, ese submundo que circula por las alcantarillas de la popularidad de Los Ángeles pero que sirve para cualquier lugar.
Si el tono baja en el siguiente corte, “Lipstick on the Glass”, le sigue un golpe de esa oscuridad característica del grupo, con unas guitarras cargadas de suciedad y unos sintetizadores a fuego que nos llevan y nos traen en “Smile”, un grito enérgico a la determinación personal expresado por momentos con una dulzura y suavidad que nos atrapa.
La tranquila “How Can I Make It Ok?” nos narra la angustia y el miedo dentro las relaciones de pareja -o no- (¿Cómo puedo hacerlo bien? / Nada es tan importante para mí) y precede a otro de esos temas punks, “Play the Greatest Hits”, con el decidido objetivo de celebrar el presente por encima de todo.
“The Last Man on Earth” fue el primer single elegido para presentar Blue Weekend, donde en palabras de Ellie Rowsell, “habla de la arrogancia de los seres humanos”. Una dulce melodía y un piano elegante nos abre el tema, donde de menos a más van lanzando el mensaje claro y conciso a toda esa gente que “Siempre busca lo que no tiene”.
“No Hard Feelings” y “The Beach II” ponen el lazo al disco con un tono más melancólico y sombrío pero con un mensaje optimista, mostrándonos otro de los casos -y no son pocos-, donde la necesidad de encontrar la felicidad tras duros golpes vitales se vuelve fundamental, claro síntoma de madurez, qué duda cabe. Estamos aquí y ahora, pasémoslo lo mejor posible.
En definitiva, estamos ante uno de los discos más importantes de 2021, por lo esperado y por lo que nos ofrece, momentos suaves e hipnóticos con otros de poderosa energía emocional. Te acogen en su regazo, te abrazan, te acunan y te consuelan para luego lanzarte por los aires, escupirte la verdad a la cara y mostrarte todas tus miserias. Wolf Alice son modernos, románticos, sofisticados, directos y contundentes en sus textos, dejando claro quien está, por méritos propios, en el podio de las jóvenes bandas británicas. Y que dure.
Javier CANDEL
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