miércoles, 13 de octubre de 2021

Bob Dylan "Springtime in New York"



El pasado mes de septiembre, además de la vuelta a esta rutina a la que vivimos encadenados, nos trajo un nuevo volumen de las Bootleg Series, en este caso el decimosexto, con las que el premio Nobel de literatura (un abrazo, Murakami) nos viene obsequiando desde hace ya 30 años.

En Springtime in New York, una vez que somos capaces de dejar de mirar la hipnótica foto de portada, podemos encontrar una recopilación de material inédito, fundamentalmente descartes y tomas alternativas y, en menor medida ensayos y alguna grabación en directo, todo ello correspondiente al periodo comprendido entre 1980 y 1985.

Si bien la circunscripción a esos años pudiera parecer algo aleatoria al no identificarse de inmediato con una época concreta de su vida y obra, lo cierto es que resulta de gran interés al permitirnos observar su evolución (si es que se le puede llamar así a un discurrir ciertamente errante) desde Shot of Love (1980) hasta Empire Burlesque (1985); es decir, desde el abrazo a la fe cristiana hasta la adoración por el ochenterismo más recalcitrante y las camas de teclados.


En medio queda Infidels (1983), la que sin duda es su obra maestra de la década y de la que, en esta recopilación, podemos encontrar la mayor parte de sus temas en versiones alternativas junto a un buen puñado de descartes, entre los que destaca una toma de "Blind Willie McTell", menos desnuda que la que recogía la caja con la que se abrieron estas Bootleg Series (Vol. 1-3), pero que continúa poniendo el vello en pie.

En términos generales, llama la atención la calidad de la mayor parte de las canciones que en su día quedaron fuera de las ediciones definitivas de estos discos. Canciones como "Angelina", "Price of Love", "Lord Protect My Child", "Too Late", "Foot of Pride" o "New Danville Girl" no hubieran desentonado en absoluto en las obras para las que fueron inicialmente concebidas.

De la misma manera, este volumen debería servir para reivindicar un periodo que, injustamente o no, se encuentra entre los más olvidados de su obra. Uno no puede dejar de pensar que temas del calibre de "Jokerman", "Don't Fall Apart on Me Tonight" (maravillosa la toma recogida) o "Dark Eyes" no están al alcance de cualquiera.

Para concluir, simplemente cabe aclarar que esta crítica se refiere a la edición simple (2CD) y no a la versión Deluxe de 5CDs. Que, aunque en la Academia es verdadera devoción lo que hay por Dylan, no nos ha dado tiempo a más.

Iñigo CARBAJO



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