Jade Bird irrumpió en la escena en 2017, con su primer EP Something American. Se la clasificó rápidamente como una cantante de country-folk; muchas de las canciones eran baladas de guitarra acústica con voces con tintes americanos.
La galesa vuelve con su segundo álbum de estudio, Different Kinds of Light. Grabado en los emblemáticos estudios RCA de Nashville junto al productor Dave Cobb, Bird se aleja del tradicional sonido americano y se acerca a algo mucho más orgánico. Este álbum muestra a Bird navegando por la melodía y la emoción con un dominio impresionante. El abanico de influencias es amplio: el sonido de Oasis o Blur se cuelan en "1994", el de Iggy Pop en la alegre "Honeymoon", Stevie Nicks en temas como "Punchline" o "Different Kinds of Light" o los Bee Gees en "Now is the time".
Este álbum muestra a la artista en su mejor momento vocal y poético, colocando temas oscuros frente a melodías alegres, un truco que aparece en temas como "Headstart" o "Prototype". "Rely On" es igualmente impresionante, con la voz de Bird reverberando sobre el aguerrido ritmo de la guitarra eléctrica. El potencial que muestra Bird en estos temas es inmenso. "Red White and Blue" es una una balada desgarradora e introspectiva y demuestra que, sola con una guitarra acústica, puede ser tan devastadoramente bella como cualquier canción de rock.
El talento de Jade Bird para elaborar un folk-rock contundente y de sonido orgánico era evidente desde sus primeros singles y ampliando su sonido para mantener su perspectiva, se ha mantenido fiel a sus raíces al tiempo que ha derribado los muros de género en los que se encontraba. Es emocionante y refrescante ver a una artista deseosa de explorar su sonido más allá y tomar riesgos -especialmente cuando dan resultados como éste. Si sigue este camino, Bird podría convertirse en un nombre muy conocido en los próximos años.
Ander BERRIOZABAL ARANA
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