Academia: The Tragically Hip "Road Apples"

A pesar de ser una leyenda del rock en su Canadá natal, The Tragically Hip nunca tuvo éxito en otros países. Esto podría deberse a que su música y sus letras están saturadas de la cultura canadiense.

Road Apples, el tercer álbum de los Hip, contiene algunos de los mejores temas del grupo. Continúa en la misma línea que sus álbumes anteriores, el rock descarnado y directo, inspirándose en artistas clásicos y añadiendo su propio toque.

El primer tema, "Little Bones", es un tema rockero con una letra inspirada en la estancia de la banda en Nueva Orleans. La sección rítmica es uno de los principales puntos fuertes de la banda, y una vez que se acoplan, funciona como una máquina engrasada.

“Cordelia'' es otra magnífica canción cuyo título recuerda a la hija devota del Rey Lear y es el primer indicio de que la composición de Gord Downie ha adoptado preocupaciones más literarias. Sea cual sea el significado de la letra, los cambios de intensidad son claros indicadores del crecimiento de la banda. Como se ha mencionado anteriormente, una de las principales razones del escaso éxito de la banda fuera de Canadá es su contenido lírico, que a menudo trata de temas canadienses.

“Three Pistols” es una canción dedicada al popular pintor canadiense Tom Thomson, mientras que “Born In The Water” explora una declaración del ayuntamiento de Sault Ste. Marie, que resolvió que el inglés fuera la única lengua de trabajo del gobierno de la ciudad. La resolución desencadenó una controversia nacional.

El disco está lleno de temas rockeros que nunca llegaron a la radio, pero que siguen siendo grandes: “Fight, Bring It All Back”, y “On the Verge”, todas ellas son una maravilla. Pero Road Apples también tiene su parte emocional. Aquí es donde llegamos a la profundamente personal “Fiddler's Green''. Puede ser la canción más venerada de los Hip. Es una meditación country-folk sobre la muerte del joven sobrino de Gordon Downie. Fiddler's Green es, en la mitología, un lugar de ultratumba donde hay felicidad eterna, un violín que nunca deja de sonar y bailarines que nunca se cansan. Un lugar idílico para un niño que ha dejado esta vida demasiado pronto.

Cada vez que suena “Long Time Running” me siento triste. Me duele el corazón al leer la letra y saber que Gord Downie ya no está con nosotros. Y más, después de ver el documental de 2017 sobre su última gira de conciertos. No creo que hubiera nadie que no llorara cuando los Hip la interpretaron por última vez.