jueves, 14 de octubre de 2021

Daniel Romano's Outfit "Cobra Poems"



Si ha habido un protagonista musical durante esta pandemia ese ha sido Daniel Romano. El canadiense, haciendo gala de su incontinencia creativa, nos regaló el año pasado nada menos que 10 discos. Bien es cierto que la mayoría de ellos solo aparecieron en su bandcamp, por lo que, si nos ceñimos a los álbumes "oficiales", este Cobra Poems se erige como el sucesor directo de su gran obra maestra: ese inolvidable How Ill Thy World Is Ordered que supuso la culminación de su continua evolución. Las comparaciones se tornan, por lo tanto, inevitables. Y no, el nuevo trabajo no alcanza las cotas de excelencia de su predecesor, pero no deja de ser otra demostración del gran momento artístico que está viviendo el autor y una nueva muestra de su negativa al estancamiento musical.


Desde esos primeros escarceos con el country cósmico que le valieron el sobrenombre del nuevo Gram Parsons, el camaleónico Daniel ha coqueteado con el folk y la actitud arrogante de Bob Dylan, ha realizado incursiones en la psicodelia folk y pop, se ha metido en la piel de los artistas del glam y el art pop y rock, y ha ido sabiendo construir melodías que van desde los Beatles al más delicioso power pop. Se ha adaptado a lo que le pedía el cuerpo en cada momento, siempre con un sello de identidad inconfundible, hasta dar con la tecla de rodearse de una banda de acompañamiento. Sus Outfit le han dado alas. Las secciones de viento que ya asomaban la patita en sus anteriores publicaciones se han multiplicado hasta explotar en unas orquestaciones de saxo y trompetas demencialmente adictivas. Y ha encontrado en Julianna Riolino a su compañera perfecta para envolver su voz con coros celestiales.

Cobra Poems, grabado en su nuevo estudio Camera Varda, adquiere un sonido más clásico, reposado y poético. Una obra ecléctica y de naturaleza variada que recorre todo ese abanico de influencias y a la que se añade un fuerte poso a los Rolling Stones. Su alma de poeta, con esos fraseos dylanianos y su peculiar voz a lo Marc Bolan, colma un disco donde el misticismo y el glamour se van conjugando con ritmos electrizantes, melodías sensuales y seductoras, armonías cautivadoras y una orquestación que da vida a cada una de las composiciones. Un eclecticismo que lleva a que estribillos arrogantes y pegajosos como los del stoniano single "Nocturne Child" choquen con los tonos dulces y absorbentes de "Still Dreaming" o con las piezas en las que Julianna se hace cargo de las voces. Incluso se atreven con percusiones latinas en "Baby If We Stick It Out".


Un álbum cuidado y trabajado, más colaborativo y sin la magia ni los excesos de su predecesor, pero que consolida a Daniel Romano como uno de los mayores genios del siglo XXI. Un camaleón insaciable cuya creatividad parece no tener fin. Y que dure.
Javi GARAYO


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