Una de las bandas con un catálogo de directos más amplio es, sin duda, Grateful Dead. Más allá de los directos oficiales de la banda, los fans llevan años disfrutando de diferentes series como los Dick’s Picks, los Road Trips o las Download Series que ofrecen la evolución y las distintas etapas que la banda de San Francisco tuvo desde sus orígenes en el que siempre fue su mejor hábitat: el directo.
Como adentrarse en ese vasto catálogo puede resultar una tarea hercúlea para cualquiera, existen unos cuantos directos más fáciles de conseguir, aunque ahora mismo todo está al alcance de un click, y que sirven de acceso para ser un verdadero Deadhead. Uno de esos discos cumple ahora 50 años. Hablamos del directo Grateful Dead, más conocido como Skull & Roses, disco que le valió al grupo su primer disco de oro, y que se publica justo después de dos de sus cimas creativas en estudio y con un giro cada vez más latente hacia sonidos donde predominan los sonidos más country, folk y las armonías vocales.
Los Dead en 1971 se encontraban en un periodo de cierta crisis como grupo, consecuencia del estado de su teclista, el sinigual Pigpen, quien ya tenía medio pie fuera del grupo ( no en vano en canciones como “Bertha” o “Playing in the band” toca los teclados Merl Saunders). Aun así, es uno de sus mejores años en cuanto a directos, lo que unido al excelente momento compositivo que tenía Garcia y a las presiones de Warner de sacar el último disco que les quedaba para terminar su contrato, fue lo que llevó a la banda a recopilar material de algunos conciertos y entregar las grabaciones que acabaron siendo el directo Grateful Dead. Y ese estado de forma se nota en las brillantes interpretaciones que demuestran la confianza colectiva que la banda tenía en ese momento: desde la inicial “Bertha”, la interpretación del "Mama Tried" de Merle Haggard, las divagaciones de "The Other One" o la salvaje interpretación de Pigpen en "Big Boss Man".
Esta nueva reedición contiene la remasterización del disco original, con las grabaciones en Nueva York y San Francisco y un segundo con un directo inédito hasta la fecha grabadas en julio del 71 en el Fillmore West de San Francisco, con nuevas versiones de canciones que se incluían en el original, pero también con joyas que justifican su compra como la revisión de 10 minutos de otro clásico de Haggard, "Sing Me Back Home", y una versión de casi 18 minutos de "Good Lovin”, clásico de los Rascals que acaba en una clásica jam del grupo.
Posiblemente no sea el mejor directo de la banda, pero si refleja cómo se las gastaban Jerry Garcia, Bob Weir, Ron “Pigpen” McKernan, Phil Lesh y Bill Kreutzmann cuando se subían a un escenario en el 71. Y ahí eran únicos.
Quique SÁNCHEZ ZAPATERO
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