En 1970 la carrera de Bowie se tambalea. La acumulación de fracasos hace que su discográfica le de la patada y que el mismísimo Tony Visconti -bajista, productor y amigo- vuelque sus esfuerzos en la carrera de Marc Bolan al que le augura más futuro comercial. Y para colmo de males se acerca el nacimiento de su primer hijo mientras que la hucha de David se llena de telarañas. Es en ese momento cuando Bowie empieza a tocar el piano de manera rudimentaria para componer con ese instrumento nuevas canciones. Nuevas canciones que pone a prueba en conciertos en minúsculos locales donde consigue rascar algunas libras para ir sobreviviendo. Y es en esas salas donde se da cuenta de que esas canciones tienen verdadero potencial. Saca a su amigo Mick Ronson de su nuevo empleo de jardinero y junto a Mick Woodmansey y el nuevo bajista Trevor Bolder forman la banda que va a dar forma al nuevo disco. Solo falta la incorporación de un desconocido Rick Wakeman para sacarle brillo a las teclas. Un viaje promocional a los USA, donde Bowie absorbe la música de los Stooges o la Velvet Underground, es el último detalle que configura todos los elementos que conformarán el siguiente disco del camaleón: Hunky Dory. Un disco ecléctico dividido en dos caras diferenciadas, con el piano dominando el sonido de la primera y las guitarras tomando el control de la segunda. Un disco con canciones inmortales como "Changes" que abre, "Life on Mars?" que sobresale o "Kooks" que dedica a su recién nacido hijo, temas acústicos soberbios y oscuros como "Quicksand" o "The Bewlay Brothers" y homenajes a su ídolos en "Song to Bob Dylan", "Andy Warhol" o "Queen Bitch" (que no es otro que Lou Reed). En su icónica portada luce un nuevo Bowie imitando a Marlene Dietrich provocando, una vez más, reacciones acaloradas.
En una carrera con varios arranques en falso, esta vez sí, en diciembre de 1971, podemos decir que David Bowie comienza a brillar como la gran estrella que llegó a ser en un futuro cercano. Guarda algunos temas en la alforja para su siguiente mutación: él se va a llamar Ziggy Stardust y los tres músicos que le acompañan (Wakeman ha recibido una llamada para unirse a unos tales Yes) serán los Spiders from Mars. Será ahí donde su carrera se dispare a las estrellas, pero Hunky Dory no tiene nada que envidiar (salvo el carnaval) a su siguiente aventura. Bowie ya tiene el control y ha decidido que este paso es crucial e imprescindible en su carrera y en su vida. Su primera Obra Maestra.
Carlos MENDAÑA
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