Como si de una mordida de un flamenco se tratara, y cuando ya pocos dábamos un duro por que un disco de americana y power pop nos volviera a tocar la fibra, el segundo trabajo de The Flamingos Bite nos ha dejado marca. Teniendo en cuenta que hablamos de una formación madrileña, la sorpresa se convierte en satisfacción y demuestra que, en ocasiones, lo mejor lo tenemos en casa.