jueves, 10 de febrero de 2022

The Flamingos Bite "Big Little Town"



“¿De verdad son españoles?”, esa es la frase más pronunciada tras escuchar la música de The Flamingos Bite. Y sí, son españoles, de Madrid para ser más exactos. Quizá no estemos acostumbrados a bandas nacionales que cantan en un inglés sin un marcado deje del castellano, o simplemente no concibamos que una música de raíces americanas tan bien hecha pueda ser facturada dentro de nuestras fronteras. Lo cierto es que, por una razón u otra, esa pregunta sobrevuela la cabeza de cada uno de los nuevos oyentes al descubrir la procedencia del cuarteto.

Los patrones están bien marcados: americana, deliciosas armonías vocales y un efectivo toque power pop que eleva la belleza de las melodías al infinito. Nada nuevo a estas alturas del partido, pero que en este Big Little Town funciona a las mil maravillas. Los ecos a los grandes del género como The Jayhawks, Tom Petty o Wilco están presentes, pero de igual manera lo están Matthew Sweet, Lemonheads o un Bob Mould al que recuerda en su faceta más melódica la canción que da título al álbum. Incluso cuentan con la participación de Ken Stringfellow (The Posies) en la melancólica “North Bridge (Edit)”, con una carga emocional sobrecogedora.


Canciones luminosas y llenas de vida como la adictiva “Mourning” o la pegajosa “Pics from the Path” se alternan con temas más sentidos como “Daniela” (con la colaboración de Junior Mackenzie) o la versión acústica de “Demons” (editada como single en 2018 en su vertiente eléctrica), aportando variedad y mostrando la versatilidad del combo. Como colofón, y aferrándose a las raíces de todas las bandas citadas anteriormente, rinden tributo a los Beatles con una acertada versión del “Two of Us” que tan presente tenemos estos días después de la publicación del maravilloso documental Get Back.

Sin duda, han dado un paso adelante con respecto a Mountains, su debut de 2016, creando un sonido atractivo y cargado de buen rollo donde juegan un papel vital unas guitarras cuidadas hasta el extremo (espectaculares los arreglos de la alegre y divertida “Done for a While”) y, sobretodo, las fantásticas voces que alternan David Aldave y Carlos Gómez. Canciones pegadizas y juegos vocales que se ven aún más magnificados si cabe en directo, tal y como pudimos comprobar en el reciente Madrid Sonora Festival.


Tristemente, ser españoles les restará opciones con respecto a las muchas formaciones internacionales que copan el circuito rockero, pero esperemos que este trabajo pueda llegar a los oídos adecuados. Desde luego, deberían estar luchando por cotas mucho mayores.

Javi GARAYO
 


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